
Nuestro sistema auditivo es una línea de procesamiento de los estímulos del exterior hacia el interior, llegando al cerebro y afectando todo nuestro cuerpo.
Cuando los estímulos externos o el ambiente, pueden llegar a afectar la integridad y normal funcionamiento de este órgano debemos utilizar los tapones auditivos para prevenir, aislar y proteger.
Es recomendable usar protección auditiva cuando estamos expuestos laboralmente a niveles superiores a 80 – 85 dB (jornadas de 8 horas) o a más de 65 dB en trabajo de oficina, deportes y hobbies.
En las áreas urbanas residenciales, colegios, universidades, centro de estudio e investigación cuando se supera 65dB y para el descanso es recomendable no estar expuesto a estímulos sonoros superiores a 30 dB.
Es importante tener presente que existe personas con hipersensibilidad auditiva, que deben buscar protección en niveles inferiores de ruido.
Cuando nos sumergimos en agua o se labora en ambientes donde hay aspersión de material particulado o humedad constante también es recomendable.
Este elemento de protección personal se convierte en un aliado para el cuidado de la salud y mejora la calidad de vida ayudando a conservar nuestra capacidad de escuchar, comprender y procesar información.